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El trabajo del programador

Un post en el blog de Enrique Dans despertó en mi la necesidad de escribir un comentario sobre su artículo, y como creo que el tema es lo suficientemente interesante, y me ha quedado lo suficientemente largo como para tener entidad de post, rescato mi respuesta y la añado aquí como un artículo en mi propio blog:

Como programador que soy, voy a dar mi opinión, y como no me he leído todos los comentarios, igual coincido con alguna vertida anteriormente.

Desde mi punto de vista hay algunas cosas que se pueden comentar en este artículo:

1) La reciente iniciativa de convertir en programadora a toda la población mundial no tiene sentido, por lo menos desde mi punto de vista. Cierto que los ordenadores controlarán cada vez más aspectos de nuestra vida, pero no por ello todo el mundo tiene que saber programarlos, del mismo modo que no todo el mundo sabe arreglar su coche o el frigorífico cuando se les estropea. Para eso ya estan los mecánicos y los servicios técnicos, profesionales que han estudiado para ello y que haran un buen trabajo en la reparación. Pues con los programadores lo mismo. Pretender que todo el mundo sepa programar un ordenador, para mi, es devaluar la profesión del programador. Si cualquiera puede hacerlo, ¿para qué necesitas buenos profesionales? Otra cosa es enseñar a la gente a manejar ordenadores, éso sí es lo importante, igual que la gente aprende a usar el coche dando clases de la autoescuela.

2) En España, el concepto de la empresa tiene una orientación feudal. El programador de infantería es como el trabajador del campo que está para el trabajo de menor “cualificación” (entiéndanse las comillas, aunque hayas pasado años estudiando informática, se considera de un mayor nivel el trabajo del manager del equipo que el del profesional que crea las aplicaciones). Posteriormente, cuando evolucionas en tu carrera profesional te vas separando de tu especialización técnica hasta acabar en la cúspide como un miembro más del equipo ejecutivo. Y que no se entienda esto como una reticencia a salir del área de confort, hay muchas cosas que se pueden hacer dentro de tu especialización que estan fuera de tu área de confort y que suponen retos: aprender otro lenguaje, diseñar arquitecturas más complejas, etc. Lo ideal, desde mi punto de vista, y a lo que yo aspiro, es a rentabilizar esa formación técnica al máximo, que es donde puedo desarrollar completamente mis competencias. A mi me gustaría verme dentro de veinte años aún programando, cada vez cosas más complejas, porque la experiencia es un grado pero (o por lo menos así pienso ahora), no gestionando equipos porque es lo otro lo que me gusta. Y cuando digo programando estoy hablando del ciclo del software: análisis, especificación y desarrollo. No todo el mundo sirve para esto, y personas que hayan estudiado esta carrera se sentirían más cómodas en un perfil ejecutivo-técnico, y es hacia allá donde deben evolucionar, pero eso no quiere decir que el que se queda como programador sea un perdedor que no sirve para asumir más responsabilidades.

3) Los buenos profesionales son difíciles de encontrar, pero eso sucede en cualquier campo. He conocido a personas que le encanta su profesión y son muy buenos en su trabajo y también a personas que cuando terminan su jornada laboral pasan a otro contexto y no vuelven a relacionarse con ese mundo profesional hasta el día siguiente a las ocho de la mañana. Y ambas son igualmente respetables, ojo, pero los que viven la profesión son los menos, como en todo.

Saludos.